Un decorado acústico



Desde un artículo publicado en el número anterior de esta revista[1] describíamos un ejercicio que, llevado a cabo en un entorno terapéutico[2], podía ser ofrecido a las escuelas de secundaria, como un procedimiento de comparación de géneros artísticos útil, sencillo y versátil.
En el artículo que ahora emprendemos, se intentará abordar otro ejercicio de comparación de géneros artísticos extraído en este caso del propio ámbito escolar, aunque con la característica excepcional de ser una aportación externa realizada por un grupo artístico.
Con el fin de ver si este ejercicio, que se ha exhibido durante un recital sobre poemas de García Lorca que el grupo aludido ha paseado por las escuelas de Barcelona y entorno[3], es trasladable al quehacer cotidiano de una clase de Lengua y Literatura, pondremos en observación su secuencia tal como se representa.
 

Chica Fernández, ‘cantaora’ y Roger, guitarrista.

La estructura de este recital proviene de un proyecto dramatúrgico que ha sido experimentado durante la actividad desarrollada en el taller de teatro del centro terapéutico citado[4] y, a su vez, de la dramaturgia correspondiente a un espectáculo elaborado para el ámbito comercial[5]. Ya hace tiempo, en otro artículo[6] aparecido en esta revista, hablábamos sobre otro de los fragmentos que conforman este recital. Contiene pues, el andamiaje del espectáculo de donde extraeremos el ejemplo, la experiencia de su aplicación previa en tres vertientes: la teatral, la educativa y la terapéutica.
La intención que deben emanar estas páginas es la de proponer determinada parcela extraída también del indicado recital para que, una vez comprobadas su versatilidad, eficacia y sencillez, pueda ser aprovechada como herramienta didáctica de la Lengua.
En definitiva, la pretensión es:
1.    Dejar claro que es un ejercicio provechoso y oportuno.
2.    Ofrecer al espacio docente un ejemplo de ejercicio de comparación de géneros artísticos, a partir de un texto literario, empleando técnicas elementales de la interpretación dramática, asequibles a un amplio espectro de niveles de formación y conocimientos teatrales, para que se puede convertir en un recurso, además de provechoso,  factible.
A diferencia del artículo aparecido en el número anterior, en éste podremos complementar las explicaciones con imágenes. No corresponden a una actuación en una escuela[7], pero la secuencia en que están tomadas estas fotografías, permite acompañar cómodamente el hilo de nuestra reflexión.
Dos cuestiones previas para desplegar convenientemente este ejercicio:
1.    Tendremos que disponer de fotocopias de la alocución ‘Vecinas’, el final de ‘Bodas de sangre’, para repartirlas entre todos los asistentes al acto.
2.    Es conveniente que los participantes conozcan de antemano el argumento de esta obra de teatro.
No es imprescindible que nos asistan cantaora y guitarrista, como en el caso de la actuación7 a la que corresponden las imágenes que nos escoltarán a lo largo de este artículo. En aquella actuación, aprovechábamos la circunstancia de disponer de cantaora, guitarra y guitarrista para realizar una acción antepuesta al ejercicio que propondremos aquí. No es imprescindible, pero si fuese posible ejecutarlo así, porque exista en clase quien sepa cantar y picar palmas a la vez, adoptando la estrategia de incorporar esta acción antes del recitado del fragmento que proponemos leer, se enriquecería sin duda nuestro proyecto.
¿En qué consiste esta acción previa?
En un momento del recital ‘vivencia lorquiana’ y ante la sorpresa de los espectadores, el presentador se acerca al guitarrista y le quita la guitarra. Acto seguido, el presentador se pregunta en voz alta qué podrían hacer los dos, cantora y guitarrista, sin el preciado instrumento. Ante lo que ambos reaccionan ejecutando unas palmas y cantando por bulerías sobre ese compás, sin otra herramienta que sus manos.
Por lo visto, no era tan necesario el instrumento: han ejecutado su cante en base de palmas y además, nos han mostrado cómo se puede crear un ambiente inesperado a partir de este recurso. Un ambiente que presentador aprovecha para esbozar el concepto de ‘decorado imaginario’; ‘acústico’, en este caso. El sonido de las palmas puede sugerir un escenario real y conocido dentro del cual se produce el cante de manera tradicional y frecuente, sin aditamentos; en ocasiones, sin instrumento o sacando música de cualquier objeto, de los dedos, de los nudillos y sin más preparación que la que dé esa cierta asiduidad y familiaridad en el vivencia del cante, tal como se aprecia en algunos colectivos.
Sólo son palmas y voz y únicamente con eso, aparte de sus conocimientos, experiencia y sensibilidad al ejecutarlas, sin añadidos espectaculares, cantando por bulerías, Chica y Roger logran evocar determinado ambiente. Nada más faltaba una fogata para ponernos aún más en situación.

Este número musical que puede dejar embelesado al público, a la vez que le ayuda a penetrar en el planteamiento del ejercicio que se le propone –porque se trata de un recital participativo donde los poemas serán leídos por los espectadores-, difícilmente puede ser reproducido en una clase al uso, a no ser que el azar nos conceda el galardón de tener a mano alguien que sepa cantar y acompañar y ser acompañado por palmas.
Preparación ejercicio propuesto
Aunque esta coincidencia –la de tener a mano alguna persona con esa destreza- no deja de ser imaginable en algunas zonas geográficas más que en otras, no es lo más frecuente en la escuela de ahora, por lo que, de no tener a mano a alguien que sepa cantar y, a la vez, ejecutar palmas o ser acompañado, propondremos iniciar nuestra intervención a partir del siguiente paso:
1.    Se reparten las fotocopias del indicado fragmento de ‘Bodas de sangre’ entre los asistentes al acto.
2.    Se designa un coro de palmeros que ha de ocupar las dos primeras filas del espacio ocupado por el público.
También se puede realizar el ejercicio pidiendo que ejecuten las palmas todos los espectadores. Dependerá de las características del colectivo de participantes y del local y de los objetivos específicos pretendidos por los profesores.
3.    Se sitúa a recitador frente a coro y público.
En los recitales realizados en escuelas suele ser una persona relevante del centro (el propio profesor, tutor; algunas veces, el director) y, en el mayor número de casos, una mujer, porque una mujer es el personaje. En todo caso, quien recite habrá de representar a una madre.
Recitando Mertxe Lázaro, persona que ofrece la coincidencia de ser socia de Euskal Etxea y, a su vez, colaboradora del Taller de Teatro del CAS de Sants

4.    Se explica brevemente el argumento de la obra. El personaje es una madre a quien han matado su hijo, a la vez que éste mataba a su asesino, durante una reyerta ocasionada en el día de la celebración de su boda por la fuga de la que había de ser su mujer. La madre, desconcertada tras el trágico desenlace, no da crédito a lo que ha pasado ‘con un cuchillito que apenas cabe en la mano’…, y habla como si ella no hubiera intervenido en los acontecimientos.
Sin embargo, es evidente que este personaje también tiene su porción de responsabilidad en los hechos y que éstos han sucedido, en cierta medida porque ella los ha alentado, con mayor o menor intensidad, en algún momento de la historia que ha conducido al infortunio. Proporciona un caballo a su hijo y le anima a que vaya en busca de su mujer y, por tanto, a enfrentarse con su adversario.
De aflorar este aspecto velado del drama nos tendremos que encargar nosotros e intentaremos hacerlo a través de un ‘decorado acústico’, creado colectivamente, apoyándonos en el ritmo generado por las palmas. Con esas palmas, que pretenden ‘contestar’ a sus atónitas palabras, le queremos decir al personaje, algo así como: ‘No señora, no, tú también has tenido algo que ver en esta desgracia’…
Esta réplica construida con palmas genera una situación donde el personaje se ve obligado a luchar por sobreponerse al sonido con su voz y a esa contradicción a la que le enfrenta ese coro que refuta con la percusión de sus manos o, por lo menos, matiza con diferentes intensidades su discurso; es algo que se presenta a menudo en la vida, cuando optamos por negar alguna circunstancia que nos resulta molesta por la razón que sea y la realidad se revuelve, mientras una voz se encarga de golpearnos en nuestro interior, obstaculizando huidas fáciles.
5.    Se sugieren las últimas instrucciones al rapsoda y los componentes del coro de palmas:
a.    Es conveniente que rapsoda, antes de arrancar, se conceda tiempo para escuchar el compás anterior a las palmas (Más adelante se explica cómo y con qué se puede producir este sonido).
b.     Después de respirar hondo y dejarse impregnar por ese sonido de compás, iniciará su recitado.
c.     Se indica el ritmo que deben seguir las palmas (En el recital del que extraemos este ejercicio, era Chica, la cantaora, quien dirigía el coro de palmas).
d.    El coro debe esperar al momento indicado en el parlamento de la madre para iniciar su intervención. Al principio, con palmas sordas; luego, habrá de pasar a picar palmas normales y, finalmente, a más intensas o, si se pudiere, a contratiempo.
*        Estos cambios pueden ser establecidos a juicio de los propios responsables de la ejecución del ejercicio; no obstante, en los puntos 8, 9, 10 y 11 de este artículo, se sugiere unas opciones, las mismas que se han observado, durante las representaciones de ‘Vivencia lorquiana’, en las escuelas de secundaria.
e.    Las palmas están pensadas para acompañar el recitado no para ahogar la voz del rapsoda, lo que habrá de ser advertido a los ejecutantes con el fin de que moderen y ajusten su volumen al de la voz.
f.      El rapsoda puede suspender un instante o ralentizar su recitado cuando dice ‘en el sitio’, con el fin de resaltarlo y así, avisar a todos los ejecutantes de que, a continuación, llega ‘del grito’; momento en el que todos (Rapsoda y acompañantes) deberán cerrar recitación y palmas de manera simultánea y rotunda.

Realización de la propuesta
6.    Empieza la puesta en práctica de este ejercicio mediante la ejecución de ese compás cuya explicación hemos anticipado a los componentes del coro y que, en el recital ‘Vivencia lorquiana’, nos lo proporcionaba el guitarrista al golpear con sus dedos la caja de la guitarra.
*        En nuestro caso, deberíamos sustituirlo por otro sonido que logremos obtener de cualquier objeto (percutiendo un cajón o accionando una matraca, etc.); a nuestro entender, la cadencia debe evocar una circunstancia triste, fúnebre quizás. En el ejercicio que pretendemos propiciar, esta búsqueda puede ser un buen acicate para promover la investigación en la clase, puesto que plantea el reto de encontrar el aparato y el sonido más adecuados al clima que procuraremos crear.


7.    Cuando rapsoda considere que está suficientemente empapado por el compás creado para la ocasión, acomete su recitado.
8.    Alcanzado el momento en que el personaje dice ‘con un cuchillito’, entra en acción el coro con palmas sordas.
*         Se puede decidir que el compás inicial siga ejecutándose como acompañamiento del palmeo.
9.    Al llegar a la primera vez que aparece el verso ‘la oscura raíz del grito’, el coro habrá de cambiar a palmas normales.
10.      En ‘con los labios amarillos’, se aceleran las palmas o, de dominar esta técnica, se ejecutan a repique (con contratiempo), persistiendo en esta modalidad hasta el final del poema.
11.      Estando avisados los componentes del coro desde que rapsoda resalta las palabras ‘en el sitio’, coro y rapsoda cierran a la vez su acción de palmas y recitado, al concluir el poema en ‘la oscura raíz del grito’.
*        Como se anticipaba en el punto 8, se ha podido prever que el sonido de compás haya permanecido como fondo, bajo las palmas, acompañándolas a lo largo de todo el recitado; por lo tanto, este sonido de compás habrá de cerrar de repente también en ‘la oscura raíz del grito’.

*        Es un ejercicio muy breve, sin excesiva complicación y con pocas pretensiones, pero intenso y, metido en la dinámica interna de un aula y a criterio de quien quiera promover su ejecución en ese entorno escolar, da para repetir, cambiando los papeles y perfeccionando el efecto del compás, las palmas y su coordinación con el recitado, en una actividad de gran magnitud interactiva e interdisciplinaria.
         Y versátil, porque cabe asimismo, a criterio de los responsables y de acuerdo con la observación de los objetivos de centro, ampliar a otros parlamentos de esta obra o emplear algún parlamento de similares características de otra obra de García Lorca o, de otro autor, si se prefiere, así como, tal como sugerimos más adelante, contemplaremos la opción de anticipar el recitado del mismo fragmento sin la intervención de los sonidos de acompañamiento o cambiando las técnicas musicales sugeridas, etc.
*        Habremos disfrutado la oportunidad de experimentar dentro del ámbito escolar un ejercicio colectivo de comparación de géneros artísticos, apoyados en una obra literaria preexistente, aplicando elementales técnicas de interpretación teatral, alimentando la elaboración de un decorado en parte imaginario, en parte, acústico y en cierta proporción, ambas cosas a la vez y empleando técnicas musicales, elementales también, como fondo que sustente la recitación un poema.
*        Es una sesión de lectura en voz alta, recostada sobre un acto de simulación de un episodio vital.
*        Sesión en la que hemos tenido la oportunidad de poner al descubierto cierto espacio oculto a la interpretación más superficial de un texto o, por lo menos, hemos propiciado la penetración en ese segundo plano de la lectura adonde no alcanza normalmente nuestra observación o eso parece en muchos casos, puesto que en algunas lecturas propuestas aparte en diversos colectivos, ha solido predominar una interpretación en la que se advierte preferentemente el abatimiento de una madre ante los funestos acontecimientos en que se ve envuelta.
         No se intenta interponer una interpretación unívoca, sino plantear otro enfoque con el que agregar otro significado para complementarla o, incluso, estimular la pugna entre dos vertientes de un mismo caso, de modo que permita el contraste entre ambas, mientras se sugiere que siempre puede haber otras perspectivas posibles y puntos de vista distintos en la lectura y se ofrece a esta práctica lectora los recursos teatrales de la interpretación, la elaboración de un decorado y el juego interdisciplinario desarrollado con la música y con la interacción entre actor y público o, según se mire, entre el personaje y el decorado acústico que le habremos creado con las palmas.
         Para redondear esta observación, parece recomendable la mencionada táctica alternativa de leer previamente este pasaje sin la intervención de las palmas ni del compás inicial y acaso, sin las explicaciones argumentales, con la finalidad de contrastar la comprensión alcanzada en ambas estrategias lectoras.
*        Se produce una atmósfera de interacción entre el improvisado actor-rapsoda y los espectadores, de modo que éstos son concitados a introducirse en la acción dramática como un elemento más de esta acción, con la pretensión de que asuman la función de réplica al discurso del personaje central de este ejercicio, mientras se constituyen en una parte significativa de ese decorado imaginario, acústico, que habrán construido con sus propias manos.
*        No es difícil imaginar la sensación de amenidad que genera esta actividad; sensación en la que corresponde señalar la euforia que provoca la acción de golpear rítmicamente las palmas de las manos y la recepción de la enérgica réplica producida por las palmas en plena recitación, así como la actitud de superación que el rapsoda ha de contraponer a esta réplica mediante voz, gesto y sentimiento durante su lectura, contrarrestando asimismo con su temple, el enardecimiento que despierta y, a su vez, retiene la cadencia del compás y de las palmas.
*        Este ejercicio plantea también la oportunidad de reconocimiento y aprovechamiento de habilidades no académicas o que no tengan que ver directamente con las normas de conducta establecidas, buscando cómo agradecer el conocimiento y la capacidad de picar palmas y considerar beneficioso y, en cierto modo, destacable su engarce en un ejercicio escolar. No tiene por qué coincidir este caso (o casos, porque quizás se den varios) con el de un buen estudiante o tan siquiera con un alumno que cumpla con algunos mínimos académicos, pero domina el arte  del palmeo. Es conocedor de un complejo y antiguo lenguaje y puede querer mostrárnoslo. Si lográsemos canalizar este impulso para concederle el justo protagonismo y proporcionarle una vía con que incorporarse al entusiasmo educativo de la Escuela ¡A bodas me convidas, digo!
*        En último término, lo importante muy probablemente sea que este ejercicio puede ser remedado y ejecutado en cualquier lugar y momento, tanto en ámbito escolar, como en el terapéutico, en muy diversas circunstancias, para gozar de esta experiencia sin otro medios para ponerla en práctica, que aquellos que habitualmente disponga un centro educativo o cualquier grupo de personas que estén dispuestas a emprenderlo.


Miguel Pacheco Vidal
miguelpachecovidal.blogspot.com
(Artículo publicado en revista ‘Ñaque’, Ciudad Real (España); nº. 69, diciembre 2011)



[1]Soplar a una libélula’; artículo de este autor publicado en Revista ‘Ñaque’, Ciudad Real (España); nº. 68, octubre 2011
[2] Taller de Teatro del CAS de Sants (Ayuntamiento de Barcelona); actividad desarrollada durante el 2º. trim. 2011
[3]Vivencia lorquiana’, recital participativo producido por ‘La Tagarnina, joc cultural’; representado en escuelas y otros espacios culturales de Barcelona y entorno.
[4] Taller de Teatro del CAS de Sants (Ayuntamiento de Barcelona); actividad desarrollada durante el 1er. trim. 2008
[5]Ronda lorquiana’, espectáculo sobre poemas de García Lorca, dirigido por Martín Curletto con dramaturgia elaborada por el autor de este artículo, en el que participaron también Chica y Roger, así como Mónica Luchetti, como rapsoda y Javier Martín o Costy, como bailaores.
[6]Verde que te quiero verde’; artículo de este autor publicado en Revista ‘Ñaque’, Ciudad Real (España); nº. 55, junio 2008
[7] Actuación de ‘Vivencia lorquiana’ realizada el 11/6/2011 en el Euskal Etxea de Barcelona.

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